En 1960, en Santiago de Chile, algunas señoras de ascendencia alemana hicieron realidad un sueño: fundaron la Obra Social de Señoras Chileno Alemana. La necesidad de dar una respuesta a los problemas que se les presentaban a las personas mayores de su comunidad, las llevó a congregar esfuerzos para fundar una residencia de adulto mayor.
En sus inicios, la Obra Social contaba con 53 socios y su primera directora fue la señora Inge Behrmann von Appen. Los estatutos contemplaban como requisitos tener afinidad con la comunidad alemana y que esta iniciativa fuera trans-confesional y apolítica.